Por: Estela Ortega
Impugnas vs Certificados de Vacunación
Transcendió el fin de semana pasado, que un grupo de personas de diferentes organizaciones civiles se manifestaron en la ciudad capital del estado, para demostrar a las autoridades su rechazo a la vacuna contra el virus SARS-CoV-2, así como al decreto emitido a principios del presente mes por el Consejo de Salud que preside la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros.
¡Hágame usted el favor!, entre sus consignas, los inconformes se pronunciaron en contra de que el Certificado de Vacunación sea presentado por las y los ciudadanos para ingresar a centros comerciales, restaurantes, espacios deportivos, culturales y demás sitios públicos.
Argumentando que es una violación a su libertad, pero olvidan que también es derecho de las personas el gozar de salud y cuidar la vida de sus seres queridos; por si fuera poco, expresaron que el virus no existe, ¡sí!, ese que le ha arrebato la vida a miles y miles de personas en todo el mundo.
Por supuesto que están en su derecho de creer o no, pero lo que sí es un hecho, es que, en esa resistencia de no vacunarse, afectan también la vida de quienes los rodean y que si se han vacunado, ya que hemos sabido e incluso hemos sido testigos de que quienes cuentan con el bilógico también se han contagiado, pero la diferencia es que el virus ya no es tan agresivo y salva la vida.
Recordemos que el objetivo de los nuevos lineamientos preventivos, es salvaguardar la salud de la población y evitar que el coronavirus se propague, pues los funcionarios tienen la obligación de prevenir, proteger y restaurar la salud, por ello, exhortan a la población a vacunarse y a adoptar las medidas sanitarias.
Además, durante la protesta, los aventureros reclamantes también mostraron su negativa a usar cubre boca, aunque, no faltaron quienes optaron por portarlo, no fuera a ser que siempre si se contagiarán y se arrepintieran de no haberse vacunado.
Es decisión de cada uno acatar o ignorar las recomendaciones oficiales, pero si hay que tomar en cuenta que no solo está en riesgo el bienestar particular, sino el de nuestras familias, que es lo más importante y preciado que se tiene, de ahí la insistencia de cuidarnos entre todos.
Finalmente, el certificado no es más que la propia seguridad de asistir, convivir o tener simple acercamiento con personas que también ya están protegidas contra este virus, al mismo tiempo que se apoya la economía de comercios, restaurantes o servicios, al evitar mayores repercusiones en sus actividades por más contagios o muertes latentes.
Para rematar, seamos sensatos y aceptemos que estas medidas para contener contagios no serían necesarias, si la gente fuera responsable al cumplir con los lineamientos para hacer frente a esta pandemia.
Al final, el gobierno del estado acerca a todas y todos la oportunidad de proteger la vida, ya es decisión de cada uno si lo toma o lo deja, pero es precisó hacer énfasis en que no se debe afectar el bienestar de quienes han elegido preservar su salud.