A falta de resultados, acciones o propuestas para beneficio de sus gobernados, y a más de dos meses de haber tomado las riendas de su municipio, la alcaldesa Blanca Ángulo, optó por colgarse del trabajo de la Policía de Investigación adscritos a la Fiscalía General de Justicia del Estado y asegurar que, su policía, -sí, esa que nunca está cuando se le necesita-, habría asegurado un inmueble con 13 motocicletas robadas, en la comunidad de Xaxala, aunque desesperada por generar el reflector, después aseguró que habrían sido 15 las unidades de dos ruedas las aseguradas: aquí la evidencia.
Ahora la presidenta municipal por MORENA, deberá responder a la ciudadanía y a la autoridad ministerial donde quedaron todas esas motocicletas, ¿se las robó? ¿mintió por llamar la atención?, Lo comento porque la Fiscalía General de Justicia solo tiene aseguradas seis motos, SEIS!!! Ya que el trabajo de investigación, aseguramiento y de gabinete, fue realizado por los oficiales de la Policía de Investigación, y los ineficientes municipales solo llegaron a acordonar la zona y a quedarse a resguardar el inmueble, pues es su función, la prevención, no la investigación, que ni sabrían cómo hacerla.
Sin duda, éste tipo de actitudes de la alcaldesa morenista, Blanca Ángulo, no abonan en nada a las tareas de seguridad, pues lejos de generar acciones coordinadas, genera división al no reconocer el trabajo de la Fiscalía y mentir a sus gobernados diciendo que su policía habría hecho un trabajo que no realizó, o le está mintiendo su director de seguridad pública.
La seguridad es un tema delicado en Tlaxcala, donde la delincuencia organizada está ganando terreno, los mensajes con o sin cartulinas son claros: vehículos calcinados con cadáveres en su interior, ejecutados con el tiro de gracia y balaceras a plena luz del día son evidencia de que la delincuencia organizada está operando en territorio tlaxcalteca. Pareciera una limpia contra los narcomenudistas que no se alinearon con el grupo que ya, nos guste o no, controla Tlaxcala.
Por ello, las corporaciones de seguridad deberían trabajar de forma coordinada, pero acciones como la de la alcaldesa de Chiautempan, en nada ayuda a generar lazos institucionales.
Sociedad podrida y policía omisa
El pasado 6 de noviembre, un llamado al servicio de emergencias 911, conmocionó a todo Zacatelco, Tlaxcala y a quienes conocieron de éste hecho: un hombre decapitó a su propia hermana. La madre de ambos, alegó que el homicida padece de sus facultades mentales.
El hecho como tal fue tan crudo, que peritos, Ministerio Público y oficiales de la Policía de Investigación, no daban crédito a lo sucedido; la madre declaró: “cuando llegué, le vi una -como cabeza- en la mano, le pregunté que era y me dijo que una máscara que pidió por internet, pero al ir a la recamara de mi hija, la encontré decapitada, y al gritrarle a mi hijo: ¡qué había hecho!, fríamente me contestó; ya estaba escrito madre”.
Ahora la Fiscalía trabajará en imputar a proceso a Juan Carlos N., ya que su defensa alegará demencia, hecho que deberán fundar con evidencia psiquiátrica y clínica.
Y es que, hechos de personas que atentan contra la integridad de otras, es conocido en todos lados y la policía se convierte en un vil observador.
Por ejemplo, el pasado 6 de noviembre, en Chuiahuhua, un sujeto que presuntamente padece de sus facultades mentales, lanzó, de la nada, un ladrillo a la cabeza de un adulto mayor, que terminó por quitarle la vida.
En Tlaxcala, en específico sobre la calle Tlahuicole, donde la policía estatal desvía la circulación hacía el recinto ferial, es común y lamentablemente habitual, observar a ‘drogadictos’ con objetos óptimos para agredir, y los uniformados tanto de la policía estatal como la municipal de Totolac, solo los observan y no actúan, cometiendo omisión en sus funciones.
Quizá los policías están esperando a que lastimen a otra persona para que, por vergüenza, actúen, ya que incluso, a escasos metros de la comandancia de vialidad, se han registrado riñas de estos sujetos y éstos solo han sido espectadores, solo les faltaron las palomitas en mano.
Nos leemos el próximo viernes…