Por Yéred Gallardo Carro
En Tlaxcala se ha vivido una transformación ideológica, política y electoral de manera vertiginosa en apenas dos décadas. La alternancia en el poder de 1998 a la fecha ha cimbrado de manera constante los ámbitos sociales y culturales de nuestra entidad; el espacio público y el desarrollo de la comunicación no pueden soslayarse de dichos cambios.
Vale la pena, estimado lector, platicar de manera muy somera acerca de la evolución de los medios de comunicación en nuestra entidad, pues a partir de 1995, la incorporación de nuevos medios impresos, el surgimiento de los medios digitales a principios del 2000 y la creciente influencia de las Redes Sociales han convertido a Tlaxcala, como uno de los estados con mayor actividad informativa en el país, lo que debería obligar a sus gobernantes a prestar mayor interés a sus áreas de comunicación social.
Tulio Hernández Gómez y la Coordinación de Información y Relaciones Públicas.
En 1981, la hegemonía del primer medio de comunicación impreso en el estado, El Sol de Tlaxcala, así como las radiodifusoras XHET Radio Huamantla y XETT Radio Tlaxcala no contaban con competencia alguna. El 29 de abril de 1981, surge una nueva radiodifusora en la ciudad de Apizaco, FM Centro 100.3, convirtiéndose en la tercera radiodifusora comercial con mayor impacto en la zona norte del estado de Tlaxcala.
En este contexto y ante el crecimiento industrial y comercial que inició en el sexenio de Emilio Sánchez Piedras, y que mantuvo continuidad con el gobernador Tulio Hernández Gómez, obligó a los gobiernos a crear nuevas formas de comunicar, así surge la Coordinación de Información y Relaciones Públicas para atender a la generación de periodistas conocidos como los “Empíricos”, reporteros y periodistas que ejercían el oficio sin un título o estudio universitario en la materia. Algunos de ellos profesores, doctores, ingenieros o con estudios básicos que ejercían la cobertura diaria de las noticias en la entidad.
Beatriz Paredes Rangel y la Coracyt.
En el Gobierno de Paredes Rangel, el 7 de septiembre de 1987 se crea la Coordinación de Radio, Cine y Televisión como Órgano del Poder Ejecutivo, encargada de administrar y operar las frecuencias de radio y televisión, concesionadas o permisionadas al Gobierno del Estado. Con su creación la cobertura de información gubernamental se expandió y estandarizó en las frecuencias de la radio estatal que llegan a los municipios del centro, sur y poniente del estado de Tlaxcala.
Susana Fernández y la UDA.
En 1993 el surgimiento de la primera institución que formó a la mayoría de los periodistas y comunicólogos actuales, fue un contraste que derivó en la diversificación y proliferación de nuevos medios de comunicación en el estado. Podrá ser polémico, pero el cambio generacional de periodistas empíricos por las primeras generaciones de esta institución, son un hecho que obliga a los actores políticos a vivir una nueva realidad mediática.
Estos antecedentes fueron la cepa de una evolución vertiginosa en el Espacio Público y la Agenda Pública de Tlaxcala. Los nuevos escenarios políticos estaban a punto de vivir crisis cismáticas que obligarían a los actores públicos, acostumbrados a la comodidad de un sistema de Partido Único, a afrontar a la Democracia Participativa y los medios de comunicación tomarían un papel preponderante en los cambios sociopolíticos que estaban por suceder en Tlaxcala.
José Antonio Álvarez Lima y la alternancia de 1998.
Fue la candidatura cismática de Alfonso Sánchez Anaya (ASA), el parte aguas de una nueva realidad política en el estado.
La “moneda que soltó en el aire” José Antonio Álvarez Lima, gobernador de Tlaxcala en ese periodo, permitió la apertura de una nueva participación del ciudadano en la política, creando no sólo una nueva generación de políticos, sino propiciando una nueva forma de hacer comunicación. Nunca antes se había tenido consideración de las encuestas de opinión en una elección de gobernador para Tlaxcala y mucho menos, la importancia de sus publicaciones.
Tres meses antes de las alecciones el centro de estudios de Opinión de la Universidad de Guadalajara (CEOUG) publicó una encuesta en la que se estimaba una ventaja del candidato del PRI a la gubernatura, Joaquín Cisneros Fernández de 53.5% contra 19.3% de la Alianza Opositora. Sólo 20 días después de la primera encuesta, se publica un segundo estudio en donde el porcentaje de aceptación sube a favor de ASA quien ya contaba con el 26.3% y Cisneros disminuyó a 39.6%, mostrando un porcentaje de 17.4% de indecisos.
La actividad de los medios de comunicación fue fundamental para el crecimiento del fenómeno electoral, puesto que encontró espacios nuevos de difusión en los medios que no eran tomados en cuenta por el partido hegemónico.
La generación de nuevos comunicadores encontró cabida en las secciones de Tlaxcala en el Heraldo de México El Universal, Síntesis, Televisa y Tv Azteca en el que plumas y corresponsales como Fabián Robles Medrano, Sergio Enrique Díaz Díaz, Arturo Popócatl, Javier Conde, Carlos Villanueva, Carlos Avendaño, Gerardo Meneses, Adriana Díaz Manrique, José Luis Puga, Verónica Hernández, Dolores Mercado, Víctor Hernández Tamayo, Miriam Bueno, Wladimir Sánchez, abrieron campo para la nueva cobertura informativa en los nuevos espacios de información.
A esta generación precedieron periodistas como Juan Luis Cruz Pérez, Edgardo Cabrera Morales, Guadalupe de la Luz, Elizabeth González, Guadalupe Pérez Lima, teresa Ramírez Ojeda, Aracely Corona, Araceli Sánchez Cante, Miriam Martínez, Laura Muñoz, Miriam Martínez, América Montoya, entre muchos otros comunicadores que enriquecieron la manera de presentar las noticias de una manera más ordenada, abriendo camino a la nueva competencia de medios de comunicación y volviéndose una generación crítica de los gobiernos en turno; algo que nunca había sucedido con los periodistas empíricos que estaban acostumbrados a cubrir la fuente del Ejecutivo en un periodo en el que la crítica era más censurada.
Este tipo de prensa, logró acompañar el proceso electoral de 1998, en el que, por primera vez en 68 años, el Partido Revolucionario Institucional, perdería la gubernatura de Tlaxcala, siendo el senador Joaquín Cisneros Fernández, quien afrontara esta derrota, abriendo paso a la alternancia del poder con la llegada del Partido de la Revolución Democrática, en una alianza que encabezaba el MVZ. Alfonso Sánchez Aanaya.
Sánchez Anaya y el decálogo de los periodistas
La buena relación con los medios culminó entrando apenas el primer año de gobierno. El gobernador que obtuvo las mieles de la prensa, comprobó que en un nuevo sistema que pretendía ser democrático, la agenda de los medios debe ser atendida y si no lo es, impondrán su propia agenda.
Sin una política de comunicación gubernamental bien planificada, el gobierno comete yerros. No es lo mismo ser candidato que gobernante y en esto, muchos políticos se equivocan.
Lejos de crear políticas de comunicación acordes a los nuevos tiempos, el Secretario de Gobierno, Fabián Pérez Flores, optó por imponer el Decálogo de la “Ignominia”, prohibiendo a los funcionarios hacer declaraciones a la prensa si es que la información no era única y exclusivamente positiva.
El resultado fue el rompimiento con el breve romance de los medios con la alternancia del poder y los críticos volvieron a hacer uso del nuevo espacio público en los nuevos medios de comunicación.
Héctor Ortiz y la proliferación de Oficinas de Comunicación
En el cambio de gobierno de 2005-2010 parecía que el PRI y el PVEM habían formado una excelente propuesta de identidad gráfica, Se unificaron los criterios de las campañas: estatal, diputaciones locales y presidencias municipales, posicionando una marca en torno al candidato, el Senador de la República Mariano González Zarur, bajo el slogan Todos por Tlaxcala.
Por su parte, Héctor Ortiz creó la Alianza Ciudadana por Tlaxcala, y aunque gráficamente no competía con la de su adversario, la implementación de estrategias de marketing fue su sello personal, lo que a la larga le dio resultados, imponiéndose en su estilo de gobierno.
Mientras que el PRI-PVEM le apostaba a la compra de espacios mediáticos, la Alianza Ciudadana invertía en las Relaciones Públicas. El tricolor acaparó los medios de comunicación con desplegados en los que la apuesta era la gubernatura, introduciendo a todos los candidatos municipales y diputados en espacios muy pequeños, mientras que toda la carga se centraba en el candidato a Gobernador.
La estrategia de la Alianza Ciudadana fue crear compromisos directos con medios de Comunicación y Comunicadores, para que estos, a través de sus espacios dieran entrada a los candidatos de la Alianza, ubicándoles en mejores espacios dentro de sus publicaciones, beneficiándolos en información y posicionamiento, a su vez los compromisos incluían atacar a sus adversarios.
Cuando gana HIOO la elección, los compromisos redundaron en la creación de más oficinas de gobierno para comunicadores, ya sea en Gobierno del Estado, como en Presidencias Municipales afines a la Alianza Ciudadana.
Si bien el sexenio de Héctor Ortiz fue el ápice de la comunicación gubernamental, en donde por primera vez se experimentó en fotografía, diseño, marketing, estudios de opinión y posicionamiento, la excesiva explotación de la imagen del gobernador y la incongruencia entre la propaganda gubernamental y los escasos hechos de gobierno, culminaron en hastiar al ciudadano.
Aunado a la casi nula presencia de crítica periodística, no por la excelsa forma de gobernar, sino por los compromisos con las empresas de comunicación, las publicaciones comenzaron a cansar a la ciudadanía.
Así llega 2010, con una nueva oportunidad para el adversario de Héctor Ortíz, logrando convertirse en gobernador en su segundo intento. Mariano González Zarur, explotó el desánimo ciudadano que ya veía a un gobierno sobre expuesto y manipulador.
El regreso del Tricolor y la parsimoniosa actualización en Comunicación.
Algo ha caracterizado a la política de comunicación priísta y es el control férreo de la información y la reticencia a la apertura.
Los priístas siempre han tenido en claro la política de gobierno ordenada e institucional, sin embargo, 12 años sin el ejercicio del poder a nivel federal y 12 años a nivel estatal, tenían que cobrar facturas.
El tlaxcalteca había cambiado la forma de informarse, se había acostumbrado a contar con más información y mucho más rápido. Mientras que la oposición ha rayado en los excesos del homenaje a la personalidad, el gobierno de Mariano González Zarur, tardó demasiado en despegar sus políticas de comunicación, lo que afectó severamente la imagen del gobierno en turno en su primer año de ejercicio. Año crítico para posicionar cualquier empresa.
Si bien los cambios se fueron generando parsimoniosamente, el estilo anticuado que trataba de imponer Prensa de Gobierno, era lento…muy lento.
Al finalizar el gobierno de MGZ, el empuje de los medios y la paulatina apertura a los comunicadores nuevos, permitió que el gobierno priísta fuera dando apertura a una generación de comunicadores poblanos que lograron en cierta medida adaptar las nuevas políticas de comunicación de redes sociales al gobierno del estado y sus candidatos en el cambio de gobierno de 2016.
Marco A. Mena Rodríguez y la llegada de las Redes Sociales a Tlaxcala.
Es obvio que las formas de gobernar imponen estilos distintos de comunicar, sin embargo en la actualidad el tiempo es clave, la actualización es primordial y la diversificación de profesionales en la comunicación absolutamente necesaria. Esto lo supo entender y aplicar desde su campaña a gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez.
De manera exitosa pudieron trasladar la política gubernamental a las redes sociales como Facebook, Twitter e Istagram, a su vez, la diversificación de los mensajes dio un poco de justicia a los diseñadores gráficos y editores de video…en resumen, se modernizó la comunicación gubernamental.
Al mismo tiempo, hay que reconocer que su administración pudo copiar, consciente o circunstancialmente, las políticas de relaciones públicas implementadas por Domingo Fernández en el sexenio panista de HIOO, al incorporar a los opinadores más críticos a la barra informativa de los espacios noticiosos de la CORACYT.
Pero los cambios no sólo fueron en la comunicación política de los gobiernos: el espacio público se trasformó y una explosión excesiva en el surgimiento de “medios de comunicación” invadió las redes sociales, recrudeciendo la competencia informativa y, hay que decirlo, malbaratando la imagen y ejercicio del periodismo.
Actualmente, cualquier persona con celular, datos móviles y un chaleco puede engañar, timar y hasta extorsionar a los actores políticos a través de sus páginas de facebook y eso es un peligro no sólo para los funcionarios, sino también para los profesionales que sí ejercen el periodismo con profesionalismo.
EL TIEMPO NO SE RECUPERA: La llegada de la 4T a Tlaxcala
En Tlaxcala ha llegado la cuarta transformación como una consecuencia del cambio de sistema político en 2018 y con ella era obvio el cambio de sistema y estilo de gobierno. En materia de comunicación política, así como a nivel nacional, esos cambios parecieran ser retrocesos que se contraponen con el vertiginoso crecimiento de los medios y espacios públicos.
Al igual que el regreso del PRI en 2011, pareciera que la política de comunicación es centralizar toda información, concentrarse en la figura de la gobernadora, pero no se ven, al menos al momento, discursos definidos de lo que el Gobierno quiere proyectar. Ha transcurrido apenas mes y medio, pero las secretarías de gobierno no son explotadas al máximo para poder explicar a los ciudadanos cuáles son las acciones a seguir en la presente administración.
En los municipios, es todavía más notoria la precaria forma de comunicar. Son mudos y hasta reticentes. Pareciera que los alcaldes están espantados y no quieren, por ningún motivo salir a dar siquiera una entrevista.
Las autoridades están perdiendo un tiempo valioso para poder posicionar a sus gobiernos como marca, definir políticas claras y comunicar a sus electores qué y cómo llevarán a puerto sus gobiernos.
La luna de miel se está acabando y si bien los medios no han criticado aún a los gobiernos de la cuatro T, pronto lo harán, puesto que los vacíos se llenan y si los actores políticos no los aprovechan, serán los medios quienes marquen la agenda pública.
El tiempo es el único valor que no se recupera; cuando quieran posicionarse serán los reclamos ciudadanos por falta de información las notas que circulen en los medios de comunicación.
*—Consejo a los gobernantes— *
Se debe dejar de ver al comunicador sólo como fotógrafo-periodista; deben observar en su conjunto al comunicador acompañado de manera inherente del diseñador, el productor de audio y video, el encuestador, el politólogo, el comunity manager, en fin, la comunicación ha cambiado y los Actores Políticos deben comenzar a ver la necesidad de adaptarse.
Los medios convencionales ya no son lo único disponible, la evolución de las Redes Sociales y lo que representan los productos multimedia obligan al actor político a establecer y experimentar con nuevos canales para difundir su mensaje.