Por Lorenzo Hernández
Karina Erazo Rodríguez, actual dirigente del Sindicato 7 de Mayo, ha comenzado a tomar represalias contra integrantes de la base trabajadora que han expresado dudas sobre su liderazgo, especialmente después de la reciente aprehensión de su hermano por presunto narcomenudeo.
En lugar de aclarar las preocupaciones, Erazo Rodríguez ha optado por sancionar a quienes alzan la voz, alimentando un ambiente de censura y represión dentro del sindicato.
Un ejemplo claro de esta postura se refleja en un oficio en el que se notifica a una trabajadora su suspensión por tres meses, acusándola de “externar asuntos del sindicato ante extraños” y cometer “actos de divisionismo”.
Dicha sanción, basada en los estatutos internos del sindicato, ha sido calificada por compañeros como un intento de silenciar críticas legítimas.
Este hecho se suscitó desde el pasado 23 de mayo de 2025, cuando Pablo Flores Xochitemol, quien no ostenta cartera alguna ni tiene atribuciones en el sindicato, entregó el oficio de suspensión a la trabajadora de base Rosa N., en el área jurídica del Registro Civil, acompañado de Guadalupe Hernández Aguirre, secretaria de acción deportiva y José Luis Ramírez Rodríguez, secretario de servicios médicos y asistencia, quienes le tomaron fotos y la amedrentaron con gritos y malas palabras
Toda vez que esto se realizó de forma prepotente, tomándole fotos, videos y audios sin su consentimiento, con la aparente intención de intimidarla.
Agremiados denuncian que esta acción constituye acoso laboral y refuerza la percepción de que el sindicato vive una etapa autoritaria, donde se persigue a quienes cuestionan a la dirigencia.