El encargado del despacho no ha podido dar solución a temas importantes y mantiene a gente del extitular Alfredo Álvarez Valenzuela
Arturo MARTÍNEZ
A pocas semanas de ser nombrado como encargado del despacho de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, Maximino Hernández Pulido, ha demostrado que mantendrá a todo el personal asignado por su antecesor.
Ante la contundente salida del extitular de dicha dependencia, y hoy prófugo de la justicia, Alfredo Álvarez Valenzuela, logró hacer cambios en seis comisarías; otorgando poder a gente externa y de su total confianza.
Tras dejar el puesto, y designar a Hernández Pulido, una “nueva historia” se vislumbró, pero hasta hoy en día no ha habido cambio alguno.
Tal es el caso del Director de Vialidad Estatal, Rogelio Alberto Pérez y Pérez, quien continúa haciendo cambios en el personal a diestra y siniestra, con tal de no perder el poder y tener más gente a su cargo.
Además de que solapó las agresiones y lesiones físicas a una mujer de la corporación estatal, sin que hubiera sanción alguna a los elementos agresores.
En tanto, en las diferentes comisarías donde hubo cambios, los ahora responsables, en su mayoría no comprenden la magnitud de la tarea asignada por la gobernadora del Estado, Lorena Cuellar Cisneros.
Quienes están al frente de las comisarías de Tlaxcala, Apetatitlán, Apizaco, Huamantla, Calpulalpan y San Pablo del Monte, han hecho ver que lo más importante es el bienestar de ellos y de su propio bolsillo. Ya que lejos de buscar estrategias para disminuir los índices delictivos, solo se enfrascan en cobrar cómodamente y no cumplir con el horario establecido.
Puesto que hay comisarios que tienden a desaparecer durante todo el fin de semana, muchos regresan a sus hogares en otros estados, y se despreocupan de lo que ocurra en la entidad tlaxcalteca.
Además, se han jactado que los elementos policiacos de Tlaxcala son poca cosa, y tienden a hostigarlos; incluso han hecho mal uso de su poder y designan a personal en tareas no poco comunes con tal de hartarlos y que pidan su renuncia.
Tal es el caso del supuesto comisario de Apetatitlán, Lenin Raúl Merino, quien en días pasados amenazó al personal a su cargo para que ninguno de los movimientos que el efectúe se de a conocer; lo que desea es trabajar “bajo el agua”. Arremetiendo que de no “cuadrarse”, levantará un acta circunstancial para que el personal sea despedido.
Cabe mencionar, que los actuales comisarios, se sienten protegidos, pero de la misma manera ocurre con los comandantes que quedaron asignados en las comisarías, ya que hay jefes que se sienten con mayor poder al referir ser apadrinados por Guadalupe Ballesteros; pieza fundamental en toda esta operación.
Si bien, hubo cambios en la mayoría de los sectores, los elementos de campo han resentido cada una de las erróneas decisiones.