Por Yéred Gallardo Carro
Hay lecturas innegables de un cambio administrativo que busca renovar el rostro de diferentes secretarías del Gobierno del Estado que preside Lorena Cuéllar Cisneros, no hay duda que el interés se observa, pero no está muy claro el cómo lo van a hacer y lo que pareciera ser más inquietante…¿hacia dónde van sus acciones?
Para ser más claros, no se ven metas o políticas públicas bien definidas a través de programas o como mínimo líneas discursivas que nos guíen sobre la manera en la que el actual Gobierno Morenista abordará los problemas actuales y los conducirá a una solución deseable por los ciudadanos tlaxcaltecas, que hasta el momento sigue manteniendo alta la esperanza en el gobierno de Lorena Cuéllar Cisneros, la gobernadora más votada en la historia de la entidad.
A casi cien días de gobierno, pareciera que todas las acciones son producto de la reacción a las situaciones que habría de responder con prontitud: la pandemia, la inseguridad, el regreso a clases, esos tres tópicos son los únicos que sobresalen en los tres primeros meses de ejercicio del Ejecutivo, en los que se vislumbran aciertos y descalabros.
Salud Pública en Pandemia
Desde el primer instante como cabeza del Ejecutivo, Lorena Cuéllar Cisneros, ponderó la atención a la salud, principalmente la Pandemia: colocó kioscos de recarga de oxígeno en Apizaco, Calpulalpan, Huamantla, San Pablo del Monte, Tlaxcala y Zacatelco; Módulos Médicos para detección de Covid-19; la Secretaría de Salud (SESA) adquirió 40 ventiladores para los hospitales Covid; su gobierno se sumó de manera decidida a la cobertura de las vacunas y hasta el momento lleva un avance del 92 por ciento y se comenzó con la vacunación a menores de edad de 12 a 17 años con enfermedades de comorbilidad y adolescentes embarazadas.
El gobierno actual, también encontró un desabasto de medicamentos, pues se contaba solo con el 28 por ciento de abasto y en dos meses la SESA lo cubrió al 80 por ciento; se puso en marcha en Tlaxcala el programa nacional Médico en Casa, que suplió las brigadas Covid instauradas por la administración anterior. Destaca la gestión de 110 millones de pesos para que la SESA superara el déficit presupuestario derivado por la entrega-recepción.
Se anunció la construcción de dos unidades médicas: una para servicio de hemodiálisis y otra para cirugía ambulatoria de mínima invasión, ambas con una inversión superior a los 238 millones de pesos y que, al parecer se entregarán el 10 de diciembre. Otro anuncio fue que se adquirirán 20 ambulancias para la atención de urgencias.
Los datos oficiales nos muestran que administrativamente el gobierno morenista de Lorena Cuéllar Cisneros, consideró iniciar su ejercicio con la atención a la Pandemia de manera pronta y expedita, sin embargo, se ha quedado corta en el discurso, pues a pesar de las notorias acciones para combatir la Covid-19 no logramos descifrar cuál es la política de atención a la salud.
Por decirlo de una manera sencilla, era su obligación actuar de manera inmediata para tomar riendas de este problema de prioridad mundial, pero ha quedado hasta ahí y al menos en el discurso oficial NO se vislumbra un posicionamiento claro si su política de salud será asistencial, reactiva o preventiva.
Repito, administrativamente sus acciones son reconocidas, pero políticamente…esa es otra lectura.
La llegada del secretario de salud, Rigoberto Zamudio Meneses, está acompañada de una disonancia entre el discurso de la gobernadora y del funcionario de primer nivel.
Y es que políticamente la gobernadora, Lorena Cuéllar Cisneros, dio su respaldo al personal de la salud que ve en el cambio de gobierno la oportunidad de justicia en el Sindicato Nacional de Trabajadores por la Salud, quienes se acusaron con ella que por 17 años han sido presionados, manipulados y hasta reprimidos por la dirigente Blanca Águila Lima, la historia es larga pero conocida: la repartición de 300 bases a sus amigos y correligionarios de su partido y de la anterior administración.
Públicamente la gobernadora brindó su respaldo a trabajadores que han sido segregados por la mafia que representa la diputada plurinominal, dándoles muestras de que en su gobierno habría condiciones de justicia…
Pero cuál ha sido la sorpresa, tan solo unos días después el secretario de salud, Rigoberto Zamudio Meneses, negó cada una de las afirmaciones de la gobernadora, diciendo que la asignación de las plazas laborales habían sido designadas de manera legal, dejando a la gobernadora desprotegida en su dicho y causando ruido entre los trabajadores del sector salud.
Lamentablemente para la gobernadora y su equipo de comunicación, el caso del secretario de salud no es el único; en tres meses también se ha repetido en seguridad pública, turismo y educación, dejando desprotegida a la cabeza del barco y pareciera ser que no existe una conjunción de lo declarado, informado y posicionado por parte de la gobernadora y su equipo de trabajo.
A cien días de gobierno, con muchas acciones buenas que destacar, falta definir en el colectivo general la percepción de lo que será en tres años la política de salud del gobierno morenista de la segunda gobernadora mujer en el estado de Tlaxcala.
Que tengan una excelente semana, pongo a sus órdenes para sus comentarios o sugerencias: yeredgallardo@hotmail.com