Lorenzo HERNÁNDEZ
A días de la elección judicial del próximo 1 de junio, y en plena veda electoral, trabajadores del Gobierno de Tlaxcala denunciaron la entrega de “acordeones” con instrucciones de voto al interior de oficinas estatales.
Según testimonios recogidos bajo anonimato, mandos superiores del Gobierno del Estado, distribuyeron boletas marcadas con los nombres de candidatos afines a Morena, presionando para que empleados y sus familias voten de acuerdo con esas directrices.
Este tipo de prácticas, documentadas también en al menos otros nueve estados del país, revive viejas mañas del control electoral que se supone, el actual gobierno federal y local aseguraron que ya estaban sepultadas.
En Tlaxcala, los trabajadores aseguran que el mensaje fue claro, hay una línea de acción emitida desde el Gobierno para favorecer a ciertos perfiles judiciales, bajo amenaza implícita de perder el empleo en caso de desobedecer.
Más allá de la gravedad del acto, lo preocupante es el silencio forzado, ya que el temor a represalias mantiene las voces amordazadas.
Mientras el proceso judicial que debería fortalecer la independencia de poderes se ve manchado por presiones políticas y uso de recursos públicos.
Y en lugar de garantizar un voto libre e informado, se replica el viejo manual de la manipulación institucional.