– Acusan al Comité Che Guevara por destrozar sueños y estabilidad emocional de los alumnos.
Diego MENA
La situación que prevalece en la Escuela Normal Rural Benito Juárez, de Panotla, ha dividido opiniones entre los conocedores del caso, sin embargo, este medio de comunicación ha tenido acceso a declaraciones que marcarán un antes y un después en cuanto a lo que se cree y se sabe de los normalistas que dicen pelear por sus derechos y la identidad de la institución.
La madre de una menor con iniciales C.H.G. de 17 años de edad, narró acerca de las precarias y violentas condiciones en las que, quienes aspiran a formar parte de la Normal Rural, reciben la formación necesaria para ser los futuros docentes de escuelas rurales desde la perspectiva de alguien que, tras acudir a la institución para su semana de adiestramiento, fue diagnosticada con severos daños psicológicos, desnutrición y problemas dermatológicos.
Primeramente, se dijo indignada sobre la actual situación que se ha dado a conocer sobre los grupos de normalistas y que “se sienten agredidas por el Gobierno”, pues nada podría estar más alejado de la realidad respecto a los tratos que se dan a los alumnos de nuevo ingreso.
Contó que su hija acudió a la semana de adiestramiento del 29 de julio al 4 de agosto, pero, cuando acudieron por su hija, entre lágrimas y desesperación suplicó que se la llevaran de la escuela, pues no pensaba tolerar más malos tratos, incomunicación y malas condiciones para estancia en la institución.
Todo esto ocurrió previo a todos los disturbios que actualmente son del conocimiento público, y que, a la fecha, C.H.G. tiene estragos psicológicos muy grandes, que han causado a la familia una situación de impotencia,.pues el estado mental de la menor es crítico.
Y es que, mencionó, la menor enfrenta cuadros graves de ansiedad, depresión, fuerte sentido de intimidación y problemas de conducta “sólo llora y duerme”, exclamó, a la par que mencionó que su hija regresó a su hogar con anemia y problemas en la piel debido a que le arrojaron en la cara agua contaminada.
Enfatizó que el dolor psicólogo y moral que dejaron en su hija no lo iba a callar, pues aunque las normalistas acusan represión, han sido ellas quienes maltratan de diferentes formas a los nuevos alumnos.
Como ejemplo, habló que a su hija y otros alumnos los encerraron en un salón audiovisual, donde les arrojaban agua en la cara, lo que les generaba desconcierto al también no contar con comida que esa pedida por los aspirantes.
La madre reiteró que a su hija le quitaron las ganas de vivir, que quienes la agredían quebraron sus emociones y que gracias a esto, la menor tiene tratamiento psicológico y psiquiátrico, con medicación pero, afortunadamente, saliendo poco a poco d trauma.
En ese mismo tema, refirió que la menor tiene material gráfico sobre su principal agresora, a quien recuerda por el maltrato y la humillación.
Respecto al Comité Che Guevara, acusó que las integrantes de este grupo representante se dedica a humillar a los alumnos y a inculcarles que deben aprenderse las consignas contra el Gobierno y protestar en todo momento.
Esto, a pesar de que actualmente, dijo, el Gobierno del estado les provee en gran medida comida, alimento, entre otras cosas, es decir, evidenció que su protesta carece de fundamento, pues piden justicia, pero no se la dieron a su hija ni a otros alumnos.
Temió que, quienes lideran estas revueltas que se dicen educadoras, pudieran inculcar en los menores una moralidad rebelde, pues mencionó que en la lista de útiles solicitados, se encuentran botas de hule, pintura roja y negra, tiner, estopa, entre otras cosas.
Hizo un enérgico llamado a las autoridades estatales a hacer revisión y controlar la situación, pues aseveró que “donde hay una manzana podrida, pudre a los demás”, pues recalcó que este grupo se encarga de formar “guerrilleras” en contra del Gobierno.
Y es que las mujeres utilizan el lema de que, por ser “pobres” deben soportar, ser protestantes y rebeldes, lo que ha hecho que los aspirantes se desmoronen ante las agresiones en un panorama muy triste y poco alentador.
Finalmente, la madre exhortó a otros padres de familia a buscar otras alternativas, otras instituciones para que sus hijos sean docentes formados en un entorno muy diferente al que se vive en la Normal Rural Benito Juárez.