Calificó las pruebas de la Fiscalía y MP como infundadas e insuficientes
Lorenzo HERNÁNDEZ
La Fiscalía General de Justicia del Estado de Tlaxcala, encabezada por Ernestina Carro Roldán, fue exhibida nuevamente por su falta de rigor e intentos por sostener una acusación infundada contra Pedro Francisco N., quien pasó más de dos años en prisión por un homicidio que no cometió.
Toda vez que la Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia confirmó su inocencia y desechó los argumentos del Ministerio Público, al calificarlos de “infundados e insuficientes”.
Pese a que desde el inicio del proceso se comprobó que Pedro se encontraba trabajando en Guanajuato el día del crimen en Huamantla, la Fiscalía insistió en revocar su libertad y buscó reingresarlo al Cereso con pruebas mal sustentadas, contradicciones y errores procesales, incluyendo un recurso de apelación mal redactado que incluso solicitaba su traslado a un penal femenil.
Esta torpeza no solo revela un trabajo deficiente, sino una clara vulneración de derechos humanos.
El caso de Pedro Francisco no es un hecho aislado, sino un reflejo preocupante de cómo se construyen casos en Tlaxcala sin bases sólidas ni perspectiva jurídica.
La insistencia de la fiscal Carro Roldán por haber mantenido preso a un inocente, ignorando evidencias contundentes y recurriendo a testigos de oídas, pone en entredicho la ética y la capacidad de una institución que debería procurar justicia, no fabricar culpables.